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¿Cómo limpio los oídos de mi perro o gato?


La limpieza de los oídos de nuestras mascotas es muy importante para prevenir la presencia de suciedad, infecciones bacterianas y fúngicas capaces de derivar en otitis.


Este artículo tiene como finalidad enseñaros a limpiar los oídos correctamente, sin dañarlos y así prevenir otros problemas más dolorosos y molestos. Para ello, en primer lugar haremos una descripción anatómica del oído, después indicaremos cómo se deben limpiar y finalmente hablaremos de las otitis más frecuentes.


 

1. ANATOMÍA DEL OÍDO:


El oído se divide en 3 regiones principales:

  • Oído externo: es la única parte del oído visible compuesto por un pabellón cartilaginoso y el conducto auditivo externo. Esta parte se encarga de recoger y dirigir las ondas sonoras hasta el tímpano haciendo que esta vibre.

  • Oído medio: está formado por la cavidad timpánica y la membrana timpánica, separándolo esta última del oído externo. En esta región se encuentra la cadena de huesecillos que son los encargados de transmitir las vibraciones desde la membrana hasta el oído interno. En el caso de los gatos, a diferencia de los perros, esta región está dividida en dos partes separadas por un septo óseo.

  • Oído interno: en su interior se encuentran el aparato coclear, el laberinto óseo, el utrículo y el sáculo.

De estas regiones es la que conforma el oído interno la que nos interesa ya que es la región visible y la única en la que vamos a poder realizar las limpiezas. El veterinario es quien debe indicar cuándo y cómo realizar la limpieza de los oídos, ya que, antes de iniciarla debemos estar completamente seguros de que el tímpano está intacto.


 

2. ¿CÓMO SE LIMPIAN LOS OÍDOS DE NUESTRAS MASCOTAS?:


Para la limpieza de los oídos lo ideal es utilizar productos adecuados y especialmente formulados para esta función, es recomendable que nuestro veterinario conozca el producto que vamos a utilizar ya que es él quien nos indicará cuál es el mejor producto.


Lo ideal es utilizar productos fisiológicos, que generalmente presentan antisépticos (como el ácido acético) que impiden el crecimiento y desarrollo descontrolado de bacterias y hongos, así como ceruminolíticos (que rompen la cera permitiendo que la limpieza sea más profunda).


Entre cada oído es necesario limpiar y desinfectar el aplicador del bote, así como cuando lo reservemos para utilizarlo en otra ocasión. Esto tiene como finalidad reducir la contaminación cruzada de posibles agentes infecciosos entre un oído y otro. En caso de duda, siempre puedes hacer como nosotras en consulta, echar el producto en una jeringuilla para no contaminar un oído del contenido del otro, y así podremos utilizar el producto en varias de nuestras mascotas.


La cantidad de producto que debemos introducir ronda entre 0,5-1ml , aunque no es necesario medirla de forma rigurosa, ya que si el tímpano está en perfectas condiciones el exceso de producto rebosará y no dañará estructuras.


La aplicación es sencilla, debes hacerlo sin miedo. Debes coger la oreja por la punta con una mano y con la otra la jeringuilla o el producto limpiador que lo aproximarás al agujero de la entrada del conducto auditivo. En este momento echas el producto y posteriormente deberás hacer un masaje en la base del oído (sonará como si salpicase agua). Una vez realizado el masaje debemos dejar que el animal se sacuda para que salga el contenido (cera con limpiador) quedando el oído limpio.


En caso de que queden muchos restos, se puede limpiar el excedente de limpiador y cera con gasas limpias por el pabellón auditivo.

 

3. LOS TIPOS DE OTITIS MÁS FRECUENTES:


Aunque existen múltiples tipos de otitis, pudiéndose incluso hacer un sólo libro hablando de ellas, las más frecuentes que vemos en la clínica son de 3 tipos, bacterianas, fúngicas o parasitarias.


Para conocer el origen de la otitis que presentamos delante nos vamos a fijar en diferentes características, desde la cera (presentando las bacterianas una cera más purulenta, mientras que las fúngicas tendrán más olor a rancio y las parasitarias apariencia de posos de café), pero siempre deberemos hacer una serie de pruebas para confirmarlo, como es la citología y observación del cerumen bajo el microscopio.


En el caso de las otitis bacterianas, además deberemos hacer un cultivo (para poder poner nombre y apellido al patógeno) y posteriormente un antibiograma (que nos permitirá saber cual es el antibiótico ideal y evitar así la formación de resistencias bacterianas). En el caso de las levaduras, requerirán de un tratamiento antifúngico. Y, finalmente, en el caso de los ácaros se tendrá que aplicar un tratamiento antiparasitario. Es por ello que, aunque realicemos limpiezas de los oidos, evitemos el uso de tratamientos y acudamos siempre a una consulta veterinaria cuando sospechemos de una otitis.


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